martes, 14 de octubre de 2008

Cegaron la ilusión de un maestro.


Pedro Valentín Ledesma, maestro y estudiante, había sido secuestrado por un grupo comando de la policía. Una madrugada, le dejaron una orden al padre, con una sugestiva recomendación:
—Vaya mañana a las 22 a la Comisaría del Pueblo Nuevo (en la actualidad es la Comisaría Segunda). Y vaya solo.
El policía de apellido Garro le llevó una orden verbal que era como una amenaza.
La generosidad de su amigo impidió que Don Segundo Ledesma, un albañil que andaba todo el día en bicicleta, fuese solo a la comisaría. Cargó su bicicletita en la camioneta y partieron hacia la Segunda, con la esperanza de encontrarse con su hijo.
Se lo entrego el capitán Pla quien le dijo:
-"su hijo no tiene nada que ver". Lo querían enganchar, es un chico muy inteligente.
- Ud. cree que él está en peligro si va a la universidad?.
- Yo si fuera Ud. no lo mandaría. Total que pierda este año, luego lo recupera. Lleveselo solo.
- Pero vengo en la bicicleta, mi amigo Negro nos puede llevar...
- No, vayase solo. Su amigo se va.
- No me permite hablar por telefono a un taxi?.
- No, el telefono no se puede usar, lo tenemos prohibido, que su amigo se vaya y Ud. vuelvase a su casa caminando.

Padre e hijo salieron de la comisaria por la calle de tierra rumbo a la casa en el barrio Sosa Loyola. No intercambiaron palabra. La noche era clara, limpia y soplaba un ligero viento del sur. Pedro iba vestido como había sido detenido: pantalón marrón, chomba azul francia y alpargatas.
_ Viejo, perdoname, me convidás un cigarro?.
—Te dije que te ibas a meter en quilombos...Protesto Don Valentín.
Ambos, caminaron por la calle San Juan hacia el norte, llegaron a la esquina de tierra y por una de las calles laterales, circulaba muy despacio un auto con hombres en su interior.
_No digas nada. Seguro es la cana que nos sigue...
comentó Pedro
A una cuadra de la Comisaría, apareció un Falcon bordeau. Todos lo conocían: recorría la ciudad en operativos "contramonta". Desde adentro se escuchó:
"Somos montoneros, te han largado porque cantaste todo y te vamos hacer bosta
—Nos vendiste hijo de puta, ahora nos buscan los milicos. Sos un soplón".
Se abrieron dos puertas. Los tipos actuaron a cara descubierta. Empujaron y golpearon a Don Segundo que cayó al piso. Desde el suelo, vio cómo cargaban a su hijo en el baúl. También vio en el asiento del auto el rostro del capitán Carlos Esteban Pla. Estaba vestido igual que hacía instantes, con una pistola 45 en la falda.
Fue la última vez que vio a Pedro con vida. Don Valentín volvió como pudo hasta la comisaria y en la misma oficina volvió a enfrentar a Pla, vestido igualito a como acababa de verlo en el Falcon : pantalón crema, remera té con leche, zapatos marrones.


Pla le espeto:
- "su hijo es jefe de adiestramiento, jefe de tiro, tesorero y otras jefaturas que no recuerdo..."
"Si yo le malicio su intención... Ud. No me encuentra esa noche, yo tenía plena confianza de lo que estaban haciendo, por eso no me di cuenta".
Pedro había sido llevado nuevamente. A las 22,30 del 22 de septiembre firmó el acta de libertad fraudulenta en presencia de dos policías.

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